jueves, 6 de diciembre de 2012

Mi experiencia con la educación especial


Cuando mi segundo hijo nació, todo en él fue completamente normal, hasta los nueve meses de edad. Fue en ese momento que le dio una fuerte infección de garganta que se le combinó con una de oído y esto le ocasiono unas fiebres muy altas. Cuando lo lleve al hospital de emergencia, allí le administraron tres diferentes medicamentos. Al parecer mi hijo experimentó lo que se conoce como una reacción alérgica a alguno de esos medicamentos ya que desde entonces cambiaron las cosas en  el. Como si fuera poco, mi hijo en ese mismo tiempo sufrió de insomnio el cual le duro por algunos meses. Meses en los que yo lo llevaba al pediatra a evaluaciones constantes, se refirió a varios especialistas los cuales le practicaron pruebas tanto neurológicas como físicas, y el resultado era que “todo estaba normal”. Mi hijo ha tenido un desarrollo físico totalmente normal, actualmente tiene 10 años y esta fuerte y saludable. En cambio su desarrollo a nivel cognitivo es muy lento. A sus 8 años fue diagnosticado con TDAH, condición que a mí entender y de varios especialistas desarrolló por la reacción al medicamento que marco su vida pues esto fue lo que descontroló su sistema.
Como pueden ver aquí, un niño especial, no siempre nace especial. Hay momentos y situaciones a diario que pueden llevar a nuestros hijos a experimentar algún retraso o déficit que les afecte adversamente su desempeño académico o social. Mi hijo actualmente no es un niño de alto rendimiento escolar ya que su condición lo limita mucho, pero aquí esta mami que no lo deja solo, que siempre esta dispuesta a hacer lo que sea con tal de que él pueda avanzar en su desarrollo académico y ser un niño que pueda alcanzar un aprendizaje de calidad y adecuado que cumpla con sus necesidades, intereses, expectativas y que lo motive a alcanzar el éxito.